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Ciclo “Patrimonio. Arte en valor”: Centenario del Mercado Central de Alicante
8 noviembre 2022 / 7:30 PM - 9:00 PM
El Mercado Central de Alicante es un edificio de estilo ecléctico, con ornamentos del modernismo valenciano, de principios del siglo XX, que cumple la función de mercado municipal. Ubicado en la avenida de Alfonso el Sabio, el edificio de planta rectangular, se proyecta en la esquina suroeste una rotonda y un quiebro en la calle del Capitán Segarra, aprovechado para situar estratégicamente uno de los accesos. La rotonda se enfatiza como un volumen distinto al principal y tiene cubierta semiesférica. La fachada más emblemática es la que recae sobre la avenida de Alfonso el Sabio, realizándose el acceso en esta a través de una gran escalinata. La fachada trasera recae a la plaza 25 de Mayo. La edificación consta de una planta semisótano y otra superior donde se sitúan los puestos de venta. El sistema estructural porticado organiza el espacio interior con tres naves de tipo basilical, donde se agrupan los puestos de venta formando manzanas alargadas en el sentido del eje longitudinal. Estructuralmente la construcción se resuelve con las nuevas posibilidades que la técnica ofrece, y en este caso, para conseguir una mayor diafanidad del espacio se recurre a un sistema de pilares y cerchas de acero laminado. Las cubiertas inclinadas hacia los laterales y fraccionadas a cierta altura permiten una adecuada iluminación cenital. El lenguaje utilizado es ecléctico con una variada mezcla de elementos ornamentales modernistas, (el arco carpanel de la entrada, el juego de texturas en los materiales, los azulejos), con otros de ascendencia casticista, (pináculos herrerianos, volutas jónicas). fue proyectado por el arquitecto Francisco Fajardo Guardiola en 1915y culminado por Juan Vidal Ramos en 1922.
Conferenciantes:
Alfredo Campello Quereda. Arquitecto por la Universidad de Alicante, en los últimos años se ha centrado en la investigación y divulgación histórica, especialmente en los municipios de Alicante y Sant Joan d’Alacant. En el ámbito asociativo es miembro de las asociaciones culturales Lloixa y Alicante Vivo. Ha colaborado en secciones periódicas en el diario ABC Alicante, en el suplemento cultural Arts del diario El Mundo Comunitat Valenciana, así como en Alicante Plaza. Muchos de esos artículos han sido recopilados en su libro Alicante, a pie de calle. Junto a sus compañeros de Alicante Vivo ha participado en los magacines televisivos “Entre Palabras” de InformaciónTV y “La Explanada” de AlacantíTV con una sección semanal de divulgación histórica. Con los compañeros de la asociación Lloixa, y en colaboración con el Ayuntamiento de Sant Joan d’Alacant, maqueta y edita desde 2007 el boletín cultural del mismo nombre.
Alfonso Navarro Guzmán. Elda, 1942. Inició sus estudios en su pueblo, Elda, tras el asentamiento de su familia al frente de una pequeña tienda de tejidos. Se fue con 15 años a una pensión de Barcelona, donde hizo el preuniversitario e ingresó en la Escuela de Arquitectura. Tras terminar sus estudios en Madrid, que compatibilizó con pequeños trabajos en los despachos de Javier Carvajal y Fernández Alba, se marchó con una beca a Roma, donde acometió un estudio sobre los suelos y los pavimentos de la capital italiana. Una vez de vuelta a España, se instala en Alicante para ayudar económicamente a su familia. Reconoce que ha tenido mucha suerte en su vida y con su carrera profesional, que le ha permitido hacer casi todo tipo de obras. Urbanizaciones, polideportivos, viviendas sociales, restauraciones de edificios antiguos, un tanatorio y un centro de investigación de Explosivos Río Tinto, conforman algunas de las obras realizadas por sus estudios de Madrid y Alicante. Padre de cinco hijos, parece que tiene todo el tiempo del mundo. Le gusta todo, desde leer a pintar y oír música. Ha practicado el atletismo, de joven incluso ganó algún campeonato, tiene una yeguada, organiza concursos hípicos y pertenece a la Fundación Eusebio Sempere, en Alicante. Quizá lo arrastre desde su experiencia como vendedor ambulante; lo cierto es que Alfonso Navarro, un hombre que se califica de luchador e inconformista, hace gala de una gran facilidad para proyectar lo que considera una enorme valía profesional y gozar del atractivo y la emoción sin límites que le supone la dedicación a la arquitectura.