El proyecto Del no-ser al interser establece el desarrollo del autoconocimiento como principio hacia una política del agenciamiento centrándose en nuestras relaciones con otros seres o formas de vida.

La exposición partiría de la conceptualización de la noción de no-ser a través de una serie de trabajos que ahondan en el empleo de dispositivos de autoconocimiento, así como de recursos confesionales para arribar a un ser abocado a la nada, a la muerte y al vacío. A través de la performatividad de ciertos métodos curativos ancestrales de culturas chamánicas que tiene como objetivo el desarrollo de la autopercepción [Not to be/ No ser (2012)] hasta la proliferación de ejercicios confesionales sobre el miedo, el trauma o la herida [The Wound/ La Herida (2015)], Ana Pastor indaga sobre las formas terapéuticas en las que el humano trasciende como un no-ser. Esta idea serviría como passage del egótico yo hacia una comunidad de múltiples en una perspectiva eco-ambiental. Es decir, del no-ser al interser. Un ser consciente de su interdependencia con otros seres, especies y formas de vida.

De esta manera, Pastor volvería su mirada hacia lo micro en un gesto de reivindicación del invisible, intangible y, sin embargo, poderoso microbioma. Así, la artista inicia un viaje que se origina en la exploración de su propia sangre liofilizada [Deepness/ Profundidades (2017)] que podría ofrecernos el paisaje de nuevos universos hasta su destino como Interbeing/ Interser (2019). Aquí cada cuerpo se comprende en correspondencia a su relación con una multiplicidad de seres que componen no solamente el microbioma sino las formas de vida en nuestro planeta [Weareone (2021)].

Así, la muestra operará entre los procesos experimentales de registro mediante la fotografía, el vídeo, el documento y el objeto científico, así como la instalación.

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