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Elche es la segunda ciudad de la provincia y la tercera de la Comunitat Valenciana en población. Pero más allá de términos cuantitativos que demuestran su relevancia, Elche cualitativamente es el primer motor industrial y empresarial de Alicante y un referente del buen hacer en el ámbito económico de toda España. No se entiende la provincia de Alicante sin Elche y por eso, para el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, y con motivo de la celebración del 125 aniversario del descubrimiento de su Dama, dedicarle un monográfico de su revista Canelobre era una asignatura pendiente.

De Elche es la mejor manifestación artística y cultural de nuestros pasado común, una de las grandes estrellas del Museo Arqueológico Nacional, la Dama. Y en Elche se asentó desde el siglo I a.C. una de las principales ciudades del Imperio Romano en la península ibérica, la Colonia Iulia Illice Augusta. Un rico pasado al que hay que sumar las aportaciones de todos los pueblos y gentes que, siglo tras siglo, han dejado su huella en la ciudad y que pervive en sus calles, sus huertos, sus edificios y que ha dado lugar, con el paso de los milenios, a una sociedad moderna y dinámica como pocas.

Tres Patrimonios de la Humanidad declarados por la UNESCO, su Palmeral, su Misteri y su Museo del Puçol, dan buena cuenta de una historia fecunda bimilenaria. Por esta razón, la elaboración de este monográfico se antojaba en sus inicios inabarcable en un único volumen. Y el equipo del departamento de Revistas del Gil-Albert, con la colaboración de los veteranos periodistas ilicitanos Gaspar Macià y Antonio Zardoya como coordinadores, decidió circunscribir el ámbito de la publicación a los últimos 125 años, en homenaje al tiempo que la Dama volvió a ver la luz después de siglos enterrada en los campos de La Alcudia.

En sus páginas, Canelobre repasa los hitos fundamentales de esta historia de poco más de un siglo en todos los ámbitos. Desde el arqueológico, al de las nuevas tecnologías o la carrera espacial, pasando por los del medio ambiente, los museos, el urbanismo, la literatura, la música, el turismo, la gastronomía, el teatro, o incluso el deporte. Así como las actividades económicas de una ciudad reconocida internacionalmente por el calzado, por su aeropuerto, su parque empresarial y su parque científico, su institución ferial, su arquitectura, sus playas o sus universidades.

Elche es todo eso y mucho más. Una ciudad con carácter propio y un futuro prometedor. Por eso, bien está pararse un momento, sumergirse en estas páginas de Canelobre y echar la vista atrás para conocer de primera mano cómo se ha forjado un proyecto común de convivencia urbana y rural que traspasa las fronteras de los territorios y los siglos.

Carlos Mazón Guixot

Presidente de la Diputación de Alicante